miércoles, 1 de abril de 2009
El déficit de maestros en la Habana pica y se extiende.
Carlos Serpa Maceira
Periodista Independiente
Teléfono 535 284 5392
Email: serpamaceira@yahoo.es
La Habana, 1 de abril - La ciudad de la Habana, la capital de Cuba, según datos oficiales tenía un déficit de 8 mil 576 maestros, dos mil 54 en la enseñanza técnica profesional (ETP) y el resto en preuniversitarios.
El llamado hecho por el gobernante de la isla, Raúl Castro, a los profesores jubilados para que se reincorporaran a la actividad, no ha tenido resultados positivos. De acuerdo a estimados oficiales, antes del cierre del año 2008 solo unos 658 maestros solamente habían retornado a las aulas. Los municipios Plaza de la Revolución, La Habana Vieja, la Habana del Este, Guanabacoa, Diez de Octubre, Cerro y Marianao demandan el mayor número de maestros.
La Dirección Provincial de Educación en la capital cubana, ha justificado el éxodo a la inactividad y los bajos niveles de ingreso a los institutos superiores pedagógicos, para los graduados como bachilleres, había concebido la entrada de 575 estudiantes en el pasado año , pero solo se habían incorporado 488.
Cabe una pregunta ¿Cómo cubrir las necesidades, si entre un 17 y un 30 % de los que se han preparado en institutos preuniversitarios vocacionales de ciencias pedagógicas renuncian a completar esta formación en la enseñanza superior, y asumir posteriormente las aulas?
Desde mi óptica, en Cuba existe apatía de los jóvenes hacia la vocación del magisterio.
En el 2008, un parte oficial dio cuenta que más de 4 mil 500 maestros de otras provincias cubanas, fueron enviados a la capital para paliar el déficit en escuelas secundarias. Por otra parte profesores del Instituto Superior Pedagógico “ Enrique José Varona “ , visitaron unidades militares , promoviendo entre los jóvenes soldados que cumplen el Servicio Militar Activo (SMA) , su integración a los cursos de orientación educativa.
El Ministerio de Educación, teme que la cadena se rompa. No nos engañemos, en la sociedad cubana de estos tiempos no existe la continuidad de la tradición pedagógica. Mientras se continué vinculando a la educación con la política, existirán lagunas, sus heridas no cicatrizaran.
En Cuba desaparecieron aquellos pasajes inolvidables en que enseñar era una pasión, y ser maestro, se traducía en una sublime profesión. Una de las primeras medidas a poner en práctica en un proceso democrático en la isla, es desvincular la pedagogía, de toda atadura política, distinguir al maestro. Volver a aquel tiempo en el cual la educación no era un feudo del Estado, y era orgullo de la sociedad civil. Al decir del Apóstol José Martí...” Al venir a la tierra todo hombre tiene derecho a que se le eduque y después en pago del deber contribuir a la educación de los demás....”.
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