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La Habana, 16 de marzo.- Desde la Primavera Negra del año 2003, la céntrica calle Neptuno entre Aramburo y Hospital, en la barriada de Cayo Hueso, municipio Centro Habana en esta capital, ha estado sometida a una permanente vigilancia por parte de la Policía Política cubana. La vigilancia ha sido dirigida a la vivienda marcada con el numero 963, lugar donde residen la maestra Laura Inés Pollán Toledo, su hija Laurita y su nieto Alejandro. Su esposo Héctor Maseda Gutiérrez cumple una condena de 20 años de prisión, por ejercer un periodismo independiente comprometido con la letra y el espíritu del Apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí.
La vigilancia pública y encubierta en dicha calle ya es tan habitual como la vida misma. Los vecinos y transeúntes conocen que el lugar se ha convertido escenario permanente de actos de rebeldía contra la injusticia, la represión imperante y por la defensa de los derechos humanos, protagonizados por las Damas de Blanco, colectivo de mujeres que agrupa a madres, esposas, tías y otros familiares de presos políticos y de conciencia en Cuba.
La protesta pacífica realizada por una decena de Damas de Blanco, en la Plaza de la Revolución en la Habana, donde fueron desalojadas por la fuerza por agentes policiales, el 21 de abril de 2008 hizo que la Policía Política estrechara aún más la vigilancia en el lugar. Fueron colocadas luminarias que descargan su as de luces frente a la fachada de la casa Laura Pollán. Además de cámaras de vigilancia, un puesto de mando en una Optica, rondas de agentes de Seguridad en el horario de la noche y madrugada, carros patrulleros de la Policía Nacional Revolucionaria en las calles colindantes y vecinos delatores.
En ocasiones Laura, se ha levantado de madrugada para despedir a Damas de Blanco y otros familiares, que han pernoctado en su casa y ha comprobado ocularmente que agentes de la Seguridad las han seguido durante todo el trayecto hasta la terminal de Ómnibus.
Sin dudas, Neptuno entre Aramburo y Hospital se han convertido en un gran dilema para el Gobierno cubano. Cabe una pregunta ¿Por qué esa vigilancia? En la casa de Laura no se realizan actos de terrorismo, aunque contradictoriamente la Habana ha acusado a las Damas de Blanco de “mercenarias".
Estas féminas han pagado un alto precio en alzar sus voces en nombre de sus familiares y del resto de los presos políticos y de conciencia cubanos. La vigilancia desmedida contra su sede oficial, los atropellos y abusos de que han sido víctimas, tendrán que ser recogidos en capítulos de altos kilates por la Historia de la lucha contra el totalitarismo en la Isla.
La intensa vigilancia desplegada, lejos de disminuir la afluencia de personas a la casa de Laura, lo que ha hecho es que cada día que transcurre, son más las visitas. Raro es llegar un día a su casa y no encontrar personas mostrando su solidaridad con la lucha que llevan a cabo las Damas de Blanco.
Que a nadie le quepa dudas, la calle Neptuno entre Aramburo y Hospital, es la más vigilada en la Habana, eso dice de la preocupación del Gobierno, que no ha vacilado un ápice en hacerle la vida imposible a mujeres pacíficas e indefensas.
Nota: Para acompañar el articulo se adjunta una fotografía tomada por este periodista . En al fotografía se muestra a la calle Neptuno entre Aramburo y Hospital en el municipio Centro Habana, frente al vehículo rojo estacionado está la vivienda marcada con el numero 963, que es la sede oficial de las damas de Blanco en Cuba y vivienda de Laura Pollán Toledo, cuya casa y calle están sometida a una intensa vigilancia las 24 horas del día por los servicios de Seguridad de Cuba .
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