Carlos Serpa Maceira
Periodista Independiente
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La Habana, 23 de junio.- Su sonrisa y nobleza la hacen una mujer encantandora en todas la extención de la palabra, el sufrimiento no ha doblegado su espíritu.
A Laura Pollán Toledo, el Gobierno de Cuba le trae malos recuerdos, su compañero de la vida, Héctor Maceda Gutiérrez, se encuentra en la cárcel cumpliendo 20 años de privación de libertad por ejercer el periodismo independiente.
Tras el encarcelamiento de su esposo en la Primavera Negra del 2003, Laura junto a otras esposas, madres, tías, y otros familiares de presos de conciencia, fundaron en la Habana el colectivo de mujeres conocidas por las Damas de Blanco. Su casa situada en la céntrica calle Neptuno No. 963 entre Aramburo y Hospital, en la barriada de Cayo Hueso, en el municipio Centro Habana, se ha convertido en escenario de lucha por la liberación de los presos políticos cubanos.
La maestra de la tez blanca, no oculta su orgullo de ser natural de Manzanillo, una localidad ubicada en el extremo oriental de Cuba.
Laura ha patentizado ser una mujer cubana digna de estos tiempos, y de altos kilates humanos. Ha alzado su voz, exponiendo ante la comunidad internacional la violación a los derechos humanos que incurre el régimen castrista y ha denunciado la opresión y la represión de gran intensidad resaltando las condiciones infrahumanas que sufren los presos políticos deportados a centros penitenciarios distantes de sus familias, no recibiendo asistencia médica adecuada y víctimas de tratos crueles y degradantes. Ella recuerda contrariada los actos represivos protagonizados en su contra por la Policía Política.
Con el arrojo característico que le caracteriza, Laura Pollán ha manifestado a los represores: “Mientras exista un preso político en Cuba habrá Damas de Blanco pidiendo por su libertad”.
Muchos cubanos le han mostrado solidaridad a la actividad civilista que esta mujer promueve. A su paso por las calles de la ciudad de la Habana, mujeres, ancianos, jóvenes y niños se le han acercado para pedirle el gladiolo que habitualmente lleva en su mano o simplemente para decirle “Laura estamos con usted”.
La vi alegre cuando el Parlamento Europeo le otorgó el Premio Sejarov de Derechos Humanos en el año 2005 y triste por el fallecimiento del conocido expreso de conciencia Miguel Valdés Tamayo.
La historia cubana de la lucha contra colonizadores y dictadores, recogerá en sus páginas la generosidad de Laura Pollán Toledo. Ella tiene mucho que enseñarle al pueblo cubano. En su casa, se respira la esperanza y la libertad, al decir del Apóstol José Martí : “Todo hombre honrado puede dar cuenta de sus actos”.
El régimen comunista cubano nunca entenderá el decoro, solidaridad, justicia, humanidad, desinterés, el amor de una mujer comprometida con su pueblo.
Nota: Se adjunta una fotografía tomada por éste periodista que muestra a la Dama de Blanco Laura Pollán Toledo, acogiendo la solidaridad de la población durante una marcha por la calle Neptuno. Una mujer recibe un gladiolo.
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