Carlos Serpa Maceira
Periodista Independiente
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La Habana , 26 de junio._ Las autoridades cubanas se las traen, al acusar a la justicia estadounidense de actuar con arbitrariedad, luego de que la Corte Suprema de ese país rechazó revisar el caso de cinco agentes de la isla, acusados de espionaje.
En Estados Unidos, el sistema judicial funciona independiente al Gobierno, lo que así no sucede en Cuba, donde los juicios contra opositores pacíficos y periodistas independientes no son justos y carecen de imparcialidad. De esto no hablan los Medios de Prensa en el archipiélago cubano, bajo el control del Partido Comunista.
Resulta evidente la gran manipulación política que el régimen castrista hace del tema de los cinco espías cubanos, su detención sucedida en 1998, fue conocida por la población cubana en el 2001.
El Gobierno cubano ha acusado a la justicia norteamericana de corrupta e hipócrita en el caso de los cinco cubanos, encontrados culpables de actuar como agentes “no registrados “de Cuba en Estados Unidos, de conspiración para espiar y de intentar penetrar bases militares.
Contradictoriamente, en Cuba la falta de derechos no es nueva. La ley de Procedimiento Penal y el Código Penal tienen sus lagunas. En los 29 juicios celebrados en la Mayor de las Antillas, contra opositores pacíficos y periodistas independientes en la Primavera Negra del 2003, los fiscales no pudieron presentar prueba alguna que confirmara que los 75 acusados habían atentado contra la seguridad de la nación.
Para imponer penas de entre 6 y 28 años de prisión, la Fiscalía presentó únicamente equipos de Fax, computadoras, cámaras fotográficas, libros y medios de trabajos ocupado por la Seguridad del Estado en los allanamientos practicados en sus domicilios.
Los 54 abogados defensores no tuvieron acceso a los voluminosos expedientes hasta el día anterior de los juicios y en algunos casos el mismo día fijado para el proceso. No tuvieron los letrados tiempo para preparar una defensa aceptable. La Policía Política impidió a vecinos, amigos, diplomáticos, el acceso a los juicios “púbicos”.
Este pisoteo de derechos no es nada nuevo en los más de 50 años que lleva en el poder el Gobierno castrista. Otro ejemplo: el juicio celebrado en la ciudad de Santiago de Cuba, en el oriente de Cuba a los pilotos de la Fuerza Aérea del derrocado régimen de Fulgencio Batista en Marzo de 1959.
El Tribunal Revolucionario fue conformado por los comandantes del Ejército Rebelde. Félix Pena, Antonio Michel Yabor y el capitán Adalberto Parúa. Las pruebas fueron estudiadas y el tribunal dictaminó la absolución de los pilotos, ya que no existían pruebas que confirmaran las imputaciones que se les hacía.
Fidel Castro mostró su inconformidad, alegando que “oscuras influencias” habían afectado al tribunal, Se anuló la sentencia y se constituyó un nuevo tribunal, que recibió órdenes de sancionar con rigor.
El comandante Félix Pena fue convocado a dar testimonios y se suicidó, mientras que Michel Yabor fue aislado y el capitán Parúa fue trasladado a la provincia de Guantánamo. El abogado defensor de los aviadores, Carlos Peña Jústiz, fue víctima del acoso de los agentes del G-2 (como se le conocía en aquella época a la Seguridad del Estado)
Ya lo dijo el Apóstol José Martí “Hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí”.
sábado, 27 de junio de 2009
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