Carlos Serpa Maceira
Periodista Independiente
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Email: serpamaceira@yahoo.es
La Habana, 19 de junio.- El reajuste por parte del Gobierno del programa inversionista de la vivienda en los 15 municipios de la ciudad de la Habana, la población lo vincula a la ineficiencia estatal.
La cifra de viviendas a terminar este año en la capital de la república es de 4 mil 758, que representa un 88 por ciento de lo planificado a inicios de 2009, pero el plan neto de terminaciones es de 2 mil 753 viviendas.
En la década de 1980, Fidel Castro dijo que se fabricarían no menos de 100,000 viviendas al año. El panorama muestra hoy que debido a derrumbes en edificios multifamiliares, hay familias que actualmente residen en albergues, que no son otra cosa que inmuebles deteriorados, donde el hacinamiento es tan habitual como la vida misma.
En Cuba no se pudo materializar la construcción de 50,000 viviendas anuales a partir de 2005, con lo que beneficiarían a 320,000 personas en ese lapso y solucionar el problema en 10 años.
El programa de construcción de viviendas se encuentra en un callejón sin salida. Las reparaciones para la población han continuado decreciendo, también. Fue menor su repercusión en el estado técnico del Fondo Habitacional.
La escasez de materiales destinados para ese objetivo apenas ha permitido la realización de trabajos elementales para detener el deterioro de los edificios por la vía de la conservación y rehabilitación.
Por otra parte, los derrumbes en la ciudad de la Habana no dejan de sucederse. En la calle Compostela No.362 entre Obrapía y Lamparilla, en el municipio La Habana vieja, prevalece la incertidumbre en los vecinos. En la azotea del lugar en peligro de derrumbe, existe un hueco, que debido a dilaciones en los trámites burocráticos e inestabilidad en las entrega de materiales de construcción, pica y se extiende.
Por otra parte, el déficit habitacional y el inadecuado estado constructivo de los inmuebles, la falta de capacidad constructiva de las fuerzas comprometidas en las labores de ejecución, la falta de operarios, los bajos salarios, la poca capacidad técnica de las unidades inversionistas de la vivienda y la deficiente fabricación local de materiales se encuentran en una crisis insalvable.
Los cubanos ven pasar los días observando a ciudades que se derrumban sin compasión y un gobierno que les promete y no cumple. Ante la falta de voluntad oficial, los cubanos tienen que hacer valer su inteligencia, dignidad y civismo, patentizando el ideario Martiano “Con todos y para el bien de todos”. Entonces Cuba dejaría de derrumbarse.
sábado, 20 de junio de 2009
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